Conmemoración de la masacre de las Fosas Ardeatinas
La lectura uno a uno de los nombres de los 335 asesinados marcó la ceremonia en memoria de las víctimas de la masacre de las Fosas Ardeatinas nuevamente este año.
Celebrada en presencia del jefe de Estado Sergio Mattarella, que depositó una corona de laurel en la inauguración, terminó con un momento de oración: monseñor Sergio Siddi, capellán militar, ofició el rito católico y el rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, el rito judío.
Como de costumbre, hubo un solo discurso, el del representante de la Asociación Nacional de Familias de Mártires Italianos (Anfim), que dedicó muchas referencias a los acontecimientos actuales. “El mundo está en tensión, las guerras continúan, los horrores no han disminuido. Los valores en los que se basa nuestra convivencia civil son cuestionados continuamente”, denunció el presidente de la asociación, Francesco Albertelli, reconociendo una pérdida progresiva de “importancia” del sentido de la memoria. Según él, “la Europa del Manifiesto de Ventotene parece ser una utopía, así como la federación europea propugnada por los accionistas intelectuales que tantos descansan aquí”, mientras que “las organizaciones internacionales parecen haber perdido el interés por las comunidades confundidas, perdidas y temerosas: culpamos a los demás de todo y terminamos culpándonos a nosotros mismos”.
Según Albertelli, “al reiterar el repudio de la guerra y la necesidad de la paz”, ha llegado el momento “de que todos asuman su responsabilidad”.
En la ceremonia, junto a algunos de los más altos cargos del Estado, se sentaron, entre otros, la presidenta de la UCEI, Noemi Di Segni, el presidente de la Comunidad Judía Romana, Víctor Fadhun, y Jonathan Peled, embajador de Israel en Italia.
A última hora de la mañana, se celebró una nueva ceremonia, con la colocación de ofrendas florales, frente a la Gran Sinagoga de la capital.
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